"Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia" Proverbios 4:7
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lunes, 31 de marzo de 2014

El Punto

lunes, 1 de abril de 2013

Cuando las Cosas Salen Mal



Desde que decidí ir en pos de mis sueños, desde que supe que ya era tiempo de atreverme a hacerlos realidad, he comprendido en carne propia cuán difícil es.

Debo explicarme mejor. Seguir tus sueños es maravilloso, te llena de ilusiones y de alegría. Pero al mismo tiempo es una lucha sin tregua con tus propios miedos e inseguridades. En medio de esta lucha encarnizada he aprendido el valor de la perseverancia y el completo significado que en este momento de mi vida significan las palabras “esfuérzate y sé muy valiente” dichas por el Todopoderoso a Josué cuando se enfrentaba al reto de su vida. Significan "trabaja duro por lo que anhelas y lánzate con todo el coraje que puedas reunir" porque si no, tal vez ni siquiera des el primer paso hacia afuera, hacia ese mundo que quieres impactar y servir por medio de tus talentos.

Y no es que el único enemigo a vencer sean tus miedos e inseguridades, ese  sólo es el primero. Cuando comienzas a prepararte para comenzar ese camino que te lleva a tu sueño, quisieras con todo tu corazón que quienes te rodean, tus seres queridos, te animen y te apoyen; y probablemente alguien lo hará, pero habrá algunos que tal vez sin malas intenciones te harán tambalearte, tal vez dudar de tus talentos o tus metas.

Estoy profundamente agradecida a Dios (entre muchas otras cosas) por mi hermana Maritza . Ella ha sido de enorme apoyo para mí, ella cree tanto, tanto en mí que a veces me maravilla. Y cuando las cosas salen mal, recordar sus palabras de reconocimiento y de aliento es una bendición.

Sí, porque a veces las cosas salen mal. Como cuando alguien a quien respetas y admiras te hace sentir, con sus palabras, que no tienes nada para dar. Y no es que te digan eso, así.  Pero a fin de cuentas son críticas que pretenden ser constructivas  pero que fallan absolutamente en serlo.

Tal vez tú que me estás leyendo has pasado por lo mismo, has recibido comentarios que te mueven el piso y  tambalean tus planes de emprender tus sueños. Entonces levántate, toma lo que pueda ser útil de esas duras palabras, recuerda palabras de aliento, recuerda cuánto anhelas lograrlo, y sigue adelante.

O tal vez tú eres una persona que considera su más alto deber hacerle saber al prójimo (no importa cuán talentosa, valiente y esforzadamente esté trabajando por lograr sus metas) cuáles son sus pequeñas o grandes fallas. No dudo que tus observaciones pudieran ser útiles, pero antes de hablarle de sus fallas o defectos a alguien que está luchando valientemente por lograr sus anhelos, asegúrate que por cada cosa negativa que le vayas a decir (si es que consideras que realmente la debes decir) le digas con la misma contundencia tres cosas elogiables que ves en esa persona. Asegúrate de eso si lo que buscas es construir y no destruir.

A veces las cosas te saldrán mal, ¿y a quién no? Probablemente a quien está encerrado en sus miedos y no se ha atrevido a proseguir sus sueños. Así que si las cosas te han salido mal, eso significa que fuiste valiente  y saliste allí afuera.

No te detengas, no te quedes en el desánimo.  El mundo te necesita, no hay absolutamente nadie como tú.


Mayte Alayón 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Los 12 Hábitos de la Felicidad - Parte I



Martin Seligman (2005), fundador de la Psicología Positiva, plantea que hay dos tipos de felicidad: la felicidad momentánea y la felicidad duradera. La felicidad momentánea son esos “estallidos de sentimientos positivos momentáneos”, mientras que la felicidad duradera es ese estado de bienestar y satisfacción con la vida que es tan gratificante, y que está asociado no a nuestras circunstancias sino a la forma en que las afrontamos. En este artículo veremos los primeros 6 hábitos que nos brindarán esa felicidad duradera.
La doctora Sonja Lyubormirsky (2008), profesora de Psicología Positiva de la Universidad de California, en su libro “The How of Happiness” nos explica las 12 acciones que puestas en práctica nos traen felicidad:
1.- Expresa gratitud
Para expresar gratitud es necesario que tomemos conciencia de las cosas buenas que te pasan. A diario considera las cosas buenas que te han sucedido, si te han ayudado, lo que posees (talentos, formación, seres queridos que están contigo, la salud, tus cualidades, la ayuda que recibes y hasta el aire que respiras) y hazte el hábito de agradecer por todo lo que recibes, hasta por los pequeños detalles.
2.- Cultiva el optimismo
El optimismo es esa cualidad que permite que interpretemos los acontecimientos externos de una manera positiva. Las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosos e, incluso, a tener mejor estado de salud física. Y es que fuimos diseñados para tener fe y esperanza.
Para cultivar el optimismo hay un método que tiene un muy buen respaldo científico. Se trata de detectar y luego rebatir los pensamientos pesimistas. Enhttp://vivirenvictoria.wordpress.com/2012/11/04/identificando-la-fuente-de-tu-malestar/ puedes revisar la importancia de nuestros pensamientos en lo que sentimos y en la forma en que nos comportamos.
3.- Evita pensar más de la cuenta sobre lo mismo y la comparación social:
La mayoría de las personas, especialmente las mujeres, tendemos a pensar y a darle vueltas en la cabeza a las cosas una y otra vez.  Esto está asociado a la preocupación.  Pensar las cosas de manera racional antes de tomar una decisión es necesario y trae resultados positivos. Pero analizarlo todo hasta quedar paralizados, es otra cosa; y es que sobre pensar las cosas suele implicar tener pensamientos negativos.  Para evitarlo toma conciencia cuando comiences a tener pensamientos negativos y haz un alto para reconocer que eso no te dará resultado y sustituir ese pensamiento negativo por una afirmación positiva.
Por otro lado, la mejor comparación que puedes hacer es entre como eras antes y como eres ahora, o entre quien eres y quien quieres ser… es decir, contigo mismo.
4.- Realiza actos de bondad:
Está escrito en las Sagradas Escrituras que es mejor dar que recibir (Hch 20:35), y la Psicología Positiva ha rescatado el efecto positivo que ejercen los actos de  bondad no sólo en quien los recibe pero, sobre todo, en quien los realiza.
Recurre a la empatía y la compasión hacia los demás. Se trata de ayudar y cuidar. Mira a tu alrededor y descubrirás cada día oportunidades para tener actos pequeños o grandes de generosidad.
5.- Desarrolla relaciones interpersonales significativas
Si bien es cierto que el tener un amplio círculo de amigos, pareja y familia hace que las personas sean felices, también es cierto –tal como han comprobado los investigadores de la Psicología Positiva- que las personas que cultivan hábitos de felicidad tienden a atraer y construir más y mejores relaciones. Las relaciones interpersonales son vitales para nosotros porque satisfacen importantes necesidades: soporte en tiempos de retos y dificultades, ser amados, comunicarnos, protección y compartir momentos felices.
Algunas recomendaciones para cultivar relaciones interpersonales son:
-         Comunícate: revelar pensamientos y sentimientos íntimos es indispensable en las relaciones de amistad y de pareja. Escucha a tus amigos, familia, pareja sin juzgar, míralos a los ojos, dedícales toda tu atención.
-         Sé leal y un buen soporte para tus seres queridos: esto implica alegrarte por sus triunfos, apoyarlos en sus necesidades, mantener los secretos que te confían.
-         Abraza: el contacto físico (apropiado) es una necesidad fundamental de los seres humanos. Un abrazo puede disminuir el estrés, hacerte sentir más cerca de alguien e incluso disminuir el dolor.
6.-  Desarrolla Estrategias de Afrontamiento
Las estrategias de afrontamiento son herramientas o recursos que nos ayudan a hacerle frente a las presiones externas e internas. Algunas estrategias de afrontamiento son: búsqueda de alternativas, reevaluación positiva, búsqueda de apoyo social, búsqueda de apoyo profesional, control emocional. La más importante  estrategia de afrontamiento está relacionada con la vida espiritual y se trata de desarrollar una relación personal con Dios, confiar en Él y orar.
En esta primera parte hemos visto los 6 primeros hábitos para ser feliz. En el próximo post estaremos desarrollando los otros 6.
Comienza desde hoy a poner en práctica estos hábitos para alcanzar esa felicidad verdadera que todos anhelamos.
“No importa el tiempo que llevemos transitando por la senda de la mediocridad: siempre podemos elegir cambiar de camino. Siempre. Nunca será demasiado tarde”  Stephen Covey
Mayte Alayón

martes, 13 de noviembre de 2012

Como Mejorar tu Autoimagen



“Uno de los trucos de la vida consiste, más que en tener buenas cartas, en jugar bien las que uno tiene”. JOSH BILLINGS

Todos tenemos autoesquemas que vamos desarrollando desde que nacemos. Son conjuntos de  teorías acerca de nosotros mismos y  pueden ser positivos o negativos.

Los autoesquemas determinan la manera en que nos desenvolvemos en el mundo y tienen entrelazados  cuatro elementos: la autoimagen, la autoestima, el autoconcepto y la autoeficacia. En este artículo vamos a ocuparnos de la autoimagen, que se refiere a cuánto te gustas a ti mismo.

Los niños perciben muchas  más cosas de las que los adultos creen. Si el grupo de referencia del niño tiene altos estándares de belleza física y ésta es de importancia, puede ocurrir que el niño, al no cumplir todos los criterios necesarios para ser considerado lindo, crezca creyendo que es feo aunque no lo sea, porque esos altos estándares le han sido inculcados.

Las experiencias que vamos viviendo en el transcurso de la vida, también determinan el grado en que nos gustamos a nosotros mismos. Tal como lo expresa Walter Riso (2003), “los diversos episodios de contacto con otras personas, y más tarde la propia comparación, son almacenadas en las memoria en forma de autoimagen”.

El impacto de nuestra autoimagen es tal que si nos gustamos a nosotros mismos, les gustaremos a los demás, y si no nos gustamos a nosotros mismos no les gustaremos  a los demás.

Si no te agradas, evitarás a la gente, las situaciones sociales. Si no te gustas a ti mismo, no intentarás acercarte a los demás, tener gestos de sana coquetería porque sentirás que es inútil o que te rechazarán.

La buena noticia es que puedes cambiar tu autoimagen. A continuación te damos 7 consejos para mejorarla:

1.- Desecha tu ideal de perfección  física y esos parámetros estrictos.
Hay diversos grados y formas de atractivo. Sabemos de esos muchos casos en que una mujer encuentra muy atractivo a un hombre sin que otras personas lo comprendan. El atractivo no está fundamentado totalmente en la belleza física, sabemos, por ejemplo, cuan atractiva es una persona que tiene confianza en sí misma.

2.- Descubre todo lo que te gusta de tu apariencia física, y resáltalo.
Generalmente, al mirarnos al espejo solemos dirigir nuestra atención a aquellas imperfecciones que tenemos o creemos tener. La idea es hacer exactamente lo opuesto: mírate al espejo descubriendo lo que te gusta de ti  y, de ahora en adelante, harás dos cosas con eso: (1) Cuando te mires al espejo enfoca tu atención en esas cosas que te gustan de ti y (2) destaca con tu  vestuario y tu arreglo esas cosas que te gustan de ti. Agradece lo hermoso que hay en ti.

3.- Rompe el círculo vicioso: la belleza es en buena medida una cuestión de actitud.
Walter Riso (2003) afirma que “si te sientes una persona poco interesante y atractiva, darás esa imagen a los demás” y serás tratado en consecuencia, lo cual te hará sentir poco atractivo. Necesitas romper el círculo vicioso, por medio de actitud: gústate y gustarás. Una de las técnicas de la Terapia Cognitivo Conductual es el ensayo de conductas, y uno que puedes probar en este caso es jugando el papel de alguien atrayente, siéntete irresistible y actúa como tal. El círculo vicioso comenzará a romperse.

4.- Comprende que el aspecto físico es apenas un componente de la atractibilidad y ni siquiera el más importante.
No se trata de descuidar el aspecto físico, se trata de tener presente que hay  cualidades que le confieren atractivo a una persona: calidez, sentido del humor, amabilidad, ternura, inteligencia, educación, gracia, afectuosidad, entre otras. Esto quiere decir que tienes muchas opciones de gustarte y de gustar.
Si no te gustas a ti mismo, si no estás satisfecho con tu autoimagen, sigue estos cuatro consejos para que produzcas un cambio que te abrirá puertas. Si te gustas a ti mismo, siempre encontrarás a alguien que guste de ti.

Emprende la aventura de superarte y convertirte en la mejor versión de ti mismo.


martes, 11 de octubre de 2011

Naciste para ser un verdadero ganador II

Una de las cosas en que creo firmemente es que cada ser humano tiene un propósito en la vida, un propósito que no tiene que crear sino descubrir. Esto, si lo piensas bien, quiere decir que tú naciste para triunfar.

Como dije en otro post (“Naciste para ser un verdadero ganador”) lo que nos toca revisar es qué entendemos por triunfar. Culturalmente se nos transmite que ser un ganador es lograr lo que queremos a expensas de lo que sea, tener la habilidad de vencer al otro tanto verbalmente como en acciones, ostentar objetos que nos posicionen ante los demás, que nos den estatus. Esto se transmite dentro de la familia, a nivel laboral y ni qué decir a través de muchos mensajes publicitarios que – buscando a su vez ganar a expensas de lo que sea- buscan persuadirte que no vales o no eres nadie si no posees lo que ellos venden, o si no cumples ciertos parámetros que a ojos de los demás te permiten transmitir el mensaje de que tú sí que estás bien.

Pero la realidad demuestra que esa búsqueda de estatus y poder no trae consigo el verdadero triunfo, y las personas que la emprenden terminan padeciendo las consecuencias en su salud física y psicológica, y sacrificando lo que verdaderamente importa.

Entonces, ¿qué es triunfar? Triunfar es realizar el propósito para el cual fuiste creado, es lograr dedicarte a aquello que es coherente con tus valores y que te deja una inconfundible sensación de paz. Esto, en armonía con aquello que realmente importa en la vida: principios eternos, tus seres queridos, tu pasión, tus ideales.

James y Jongeward (1971) afirman que “cada ser humano nace como algo nuevo, algo que nunca había existido antes”, y que nace con la “capacidad de triunfar en la vida”. Asimismo plantean que cada persona tiene un potencial, capacidades e incluso limitaciones que en cierta manera son únicas.

Dado que eres único no es buena idea compararte con otras personas para saber si estás bien o no. He aprendido que a la única persona a quien tengo que superar es a mí misma. Nadie es como tú, y nadie tiene el exacto propósito que tú tienes en la vida, entonces en un sentido muy importante no eres comparable. Trabaja para ser cada día mejor que ayer; porque si basas tu sentido de valía en compararte con los demás, nunca dejarás de encontrar a alguien a quien consideres mejor que tú en algún aspecto, y eso te distraerá de enfocarte en tus cualidades únicas, tus metas y tu propia felicidad.

Los logros personales son importantes, eso no lo niego, siempre que estén en el centro de tu pasión (lo que amas hacer), coherentes con principios y de acuerdo a tu propósito; pero no son lo más importante, y aquí vamos otra vez a nadar contra la corriente de nuestra sociedad. Lo más importante es que seas auténtico, que contactes con las cosas que más valen en la vida, que vivas en el aquí y en el ahora, pero con la vista puesta en lo que es trascendente.

Ser auténtico es valorar lo único y especial que eres y valorar eso mismo en los demás. Una persona auténtica sabe distinguir entre lo que hace y lo que es, es decir, sabe que actuar de una manera tonta en determinada circunstancia no lo hace ser tonto, o cualquier otro calificativo. Cuando logramos ser auténticos no necesitamos máscaras.

El promedio de las personas, por decirlo de alguna manera, vive sin ser auténticos, sin tener la valentía de defender sus principios y valores viviendo conforme a ellos, no conectan con lo que los hace únicos y especiales y no descubren su propósito en la vida.

John Maxwell (2001) plantea que necesitas tres actitudes o cualidades para salirte de ese “promedio”:

(1) Tener un poco más de determinación que el promedio: determinación es seguir intentando. Aunque hoy no seas lo que sueñas ser, no te rindas, una de las “llaves para lograr un sueño es decidirse a no abandonar”.
(2) Un poco más de fe que el promedio: la fe hará la diferencia en tu vida, cuando tienes fe en tu creador, recibes dirección y ayuda y finalmente te conviertes en alguien que da aliento y esperanza a los que le rodean.
(3) Un poquito más de amor que la persona promedio: creo que el propósito de cada uno de nosotros en la vida, tiene en alguna medida un sentido de servicio a los demás, y dado que el amor no es solo sentimientos sino decisiones, dar y darse es amar; y el resultado de dar es recibir.

Hay varias cosas en que no eres único: todos fracasamos en algo alguna vez, todos hemos sido heridos en alguna medida, a todos nos toca superar obstáculos algunos de los cuales los encontramos en nosotros mismos. También a todos se nos da la oportunidad de encontrar nuestro propósito en la vida, a todos se nos extienden manos todopoderosas para recurrir a ellas y recibir ayuda.


Naciste para ser un ganador, eres especial y fuiste creado con un propósito especial. Levántate del piso del fracaso, sacúdete el polvo de la derrota, sécate las lágrimas de la desilusión y vive la vida que te regalaron como merece ser vivida.


Mayte Alayón Afonso, San Antonio de los Altos, Octubre 2011


Referencias Bibliográficas:

James, Muriel y Jongeward, Dorothy (1971). Born to Win. New York: Signet Publisher.


Maxwell, John (2001). Prepara tu Mañana de Éxito. Buenos Aires: Editorial Peniel.

martes, 6 de julio de 2010

Identificando la fuente de tu malestar



La corriente psicológica cognitivo-conductual, cuya terapia es de probada efectividad, sostiene que las emociones son el efecto de los pensamientos. Nuestros pensamientos no siempre son adaptativos, la mente, tal como lo afirma Walter Riso (2004), “no es un dechado de virtudes a la hora de procesar la información”, pues no sólo es capaz de concebir los actos más dignos y nobles sino que también es capaz de causar aislamiento, depresión, egoísmo e infelicidad.

Lo primero que debemos comprender es que la mente tiene una característica que le permite al individuo adaptarse al medio ambiente, y es el que una vez que forma una creencia (en este contexto una creencia no se refiere a la fe en lo sobrenatural o a creencias religiosas o místicas, sino a todo lo que consideramos como cierto, por ejemplo: soy inteligente, soy feo, nunca voy a lograrlo, la gente es egoísta, etc.), tiende a mantenerla, es decir, la mente “se autoperpetúa a sí misma” (Walter Riso, 2004).

Desafortunadamente esta autoperpetuación no sólo ocurre con las creencias “acertadas” sino que ocurre también con las creencias erróneas. A esto se suma el hecho de que la mayoría de las personas tienden a resistirse al cambio. Teilhard de Chardin (1974, c.p. Walter Riso, 2004) sostenía que “todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento”. Lo nuevo produce dos tipos de emociones encontradas: miedo y curiosidad.

Si sentimos malestar emocional, si nuestros comportamientos no son los más adecuados o nos traen las consecuencias no deseadas, esto quiere decir que necesitamos un cambio. No podemos obtener resultados diferentes si continuamos haciendo lo mismo. En palabras del Dr. Rómulo Aponte “el que sufre es porque se equivoca”, aludiendo a que en última instancia la fuente de nuestras emociones y comportamientos son nuestros pensamientos, entre los cuales están las distorsiones y los sesgos. Si tenemos este tipo de pensamientos, sufriremos y la salida es el cambio en la manera en que pensamos.

Para dar el paso hacia el cambio conviene usar la fuerza positiva de la curiosidad, y también someter lo que pensamos a la prueba de la evidencia y de la lógica; por ejemplo una joven puede pensar “no tengo las medidas de una miss o una modelo, por tanto, soy fea” lo cual es una distorsión cognitiva del tipo todo o nada. En este caso habría que razonar que hay mujeres bonitas o atractivas que no son modelos, analizando la evidencia y reconociendo que hay varios grados de belleza o atractivo y no solo los dos polos.

Un ejercicio básico que los terapeutas cognitivos conductuales recomiendan a sus pacientes es llevar un registro cognitivo, cada vez que se experimente malestar (dolor emocional), hacer una introspección y registrarlo. Veámoslo con dos ejemplos:



En el ejemplo 1, podemos ver una distorsión denominada catastrofización; donde se piensa que lo que sucederá será terrible e insoportable. Este pensamiento es la causa del miedo y éste del retraimiento en la reunión. Lo que pudo hacer el hombre de este ejemplo es plantearse un panorama más realista y sano de la reunión que tendría, enfocándose en aspectos positivos como por ejemplo: que iban compañeros con los que se llevaba bien, que tan solo se trataba de un almuerzo, que el hecho de que sus jefes lo invitaran podía implicar algo positivo para él, entre otros; e incluso previendo los posibles aspectos negativos: por ejemplo: va Juan que siempre se burla de la gente, entonces me voy a sentar lejos de él y voy a interactuar con los demás; o, puedo hablar en privado antes con Juan y pedirle asertivamente que no haga bromas pesadas, especialmente en público, etc.

En el ejemplo 2 la distorsión es “lectura de mente”, que significa asumir lo que los demás están pensando y que se tiene suficiente evidencia de ello. Este pensamiento es irracional, lo que pudo hacer la mujer de este ejemplo fue en primer lugar darse cuenta de que estaba “leyendo la mente” de su novio sin tener evidencias de porqué llegó tarde, esto la calmaría para luego asertivamente preguntarle porqué llegó tarde y dependiendo de la respuesta de su novio, llegar a acuerdos con él.

Otras distorsiones cognitivas son las siguientes:


- Maximizar / Minimizar: exagerar lo negativo y minimizar lo positivo. Por ejemplo: pensar que un fracaso es enorme, restándole importancia a los logros que sí se obtuvieron.
- Catalogar: asignar rasgos negativos globales a sí mismo y a otros (se ataca a la persona como un todo): por ejemplo un compañero llega tarde a una reunión de trabajo y se piensa que es un irresponsable, a pesar de que generalmente cumple con su trabajo. Lo racional es decir que una conducta determinada fue irresponsable en lugar de rotular a la persona.
- Descalificar: considerar de manera poco razonable que las experiencias, logros o cualidades, propios o ajenos, no valen nada.
- Sobregeneralización negativa: percibir un patrón global de negatividad a partir de un simple y único incidente.

Para identificar pensamientos y emociones, hay una guía científicamente probada respecto a los tipos de emociones y los pensamientos que las generan:

El alcance de la terapia cognitivo conductual es más profundo; sin embargo esta primera aproximación (identificar situaciones, pensamientos, emociones y conductas) resulta beneficiosa para empezar a identificar esos pensamientos o creencias erróneas o irracionales que nos están causando malestar.

Prueba a hacer el registro cognitivo y a hacer introspección para identificar patrones de distorsión en tus pensamientos y así introducir cambios progresivos.

Puedes hacer avances, tenlo por seguro, y aún identificar que necesitas la ayuda de un psicoterapeuta para que te acompañe en este proceso; espero que para una u otra elección este post te haya sido útil.

“El camino es aquietar la mente e inducirla a que se mire
a sí misma de manera realista. Una mente madura,
equilibrada y que aprenda a perder. Una
mente abierta al mundo, vigorosa y con los
pies en la tierra” Walter Riso (2004)


Mayte Alayón, San Antonio de los Altos, Julio de 2010

Referencias Bibliográficas:

Riso, Walter. 2004. Pensar bien, sentirse bien. Editorial Grupo Norma.

Riso, Walter. 2006. Terapia Cognitiva. Editorial Grupo Norma.


domingo, 21 de marzo de 2010

El Poder de un Sueño


Fuimos creados con la capacidad de soñar y de aspirar a que nuestros sueños se hagan realidad. Sucede que los afanes del día a día, el vivir para cumplir las demandas que pesan sobre nosotros en lugar de vivir también para alcanzar nuestros sueños y disfrutar con gratitud de las bendiciones con que contamos, nos hacen alejarnos de lo que anhela nuestro corazón.

Aprendí que tenemos derecho a soñar y pedir a Dios lo que tenemos derecho a desear, no importa lo pequeño o grande que sea. Pero a veces estamos tan cargados y desconectados de nosotros mismos que necesitamos hacer un alto, una pausa para relajarnos, para respirar el presente y hacer contacto con nuestro corazón para recordar nuestros sueños olvidados.

Eso hice yo una tarde, hace alrededor de tres años, cuando estaba leyendo "El Viaje del Éxito" de John Maxwell y reflexionaba en la pregunta que él invitaba a hacernos: ¿a dónde me gustaría ir? para lo cual recomendaba considerar cuáles son nuestros talentos, la fortaleza más notable de nuestro carácter, y una pregunta que me hizo pensar y fue: "¿cuál es mi pasión más grande, eso que me gustaría hacer tanto que lo haría feliz sin cobrar?" Medité para responderme esta pregunta, enfocándola en el ámbito profesional (porque el servir a Dios enseñando su Palabra tiene un lugar sumamente especial para mí); y sentí una cálida emoción de alegría, ilusión y mucho más, al darme una respuesta, que no es que no la sabía... se trataba de un sueño que si bien no había olvidado, lo tenía dormido en algún lugar de mi alma... ser Psicólogo. Mi sueño había cobrado nueva vida e inicié los pasos para cumplirlo y ya he avanzado en el camino: ya pasé del séptimo semestre (considerando que siempre estudiamos materias de semestres anteriores y posteriores). Dios ha derramado su bendición sobre mi sueño de tal manera que me hace feliz ir a clases, me hace feliz estudiar, me hace feliz seguir soñando con esta profesión que realmente amo.

Este es sólo un ejemplo, hay muchos tipos de sueños y pueden estar relacionados con lo profesional, con la familia, con lo espiritual, con aspectos personales; puede ser pequeñito o grande... pero que sea tu sueño. Tómate el tiempo para hacer contacto con lo que hay en tu corazón para encontrar tus sueños ... luego ponlos en las manos del que te creó con la capacidad de soñar.

John Maxwell (2000) nos cuenta en su libro "Un viaje al Exito" que un sueño hace muchas cosas a nuestro favor:

- Nos da dirección: el sueño actúa como una brújula y nos dice en qué dirección debemos viajar.

- Aumenta nuestro potencial: con un sueño comenzamos a vernos bajo una nueva luz, como capaces de crecer hasta alcanzarlo. Tomamos toda oportunidad que encontramos, cada recurso que descubrimos, cada talento que desarrollamos y lo hacemos formar parte de nuestro potencial para crecer en dirección hacia ese sueño.

- Nos ayuda a establecer prioridades: un sueño genera en nosotros esperanza respecto al futuro y nos da poder para el presente. "Quien tiene un sueño conoce a lo que tiene que renunciar, con el propósito de avanzar".

- Agrega valor a nuestro trabajo: un sueño pone en perspectiva todo lo que hacemos, cada tarea por pequeña que sea cobra valor cuando sabemos que a la larga contribuirá a la realización de nuestro sueño.

- Pone el cimiento de nuestro futuro: tener un sueño y seguirlo nos permite tomar parte activa en la formación del propósito y significado de nuestra vida.

"Creo firmemente que la mejor hora de
cualquier hombre es el momento cuando
ha puesto su corazón en una buena
causa y queda exhausto en el campo
de batalla, victorioso"
Vince Lombardi
c.p John Maxwell (2000)


Mayte Alayón, San Antonio de los Altos, Marzo de 2010

Referencia Bibliográfica:

Maxwell, John.. El Viaje del Éxito. Miami, 2000. Editorial Betania.