"Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia" Proverbios 4:7
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jueves, 30 de julio de 2009

Abrir el corazón II: Declarar sentimientos y revelar conjeturas


A mi querida amiga Kemy, porque nuestra maravillosa amistad no fluyó al comienzo de manera “natural” sino que fue el resultado del esfuerzo de ambas por comunicarnos y comprendernos; llevando a la práctica enseñanzas como ésta y… el resultado sigue brillando a pesar del tiempo y la distancia.

Siguiendo las enseñanzas del Dr. Steiner (2002) para aprender habilidades emocionales, hay dos pasos importantes en el proceso de abrir el corazón que quiero compartir con ustedes. Como decíamos en el post anterior, es algo que debemos aprender y esforzarnos por llevar a cabo porque a la mayoría de nosotros no se nos dará fácilmente, pero sus resultados bien valdrán la pena:

1.- La declaración de acciones/sentimientos:
Se trata de expresar de manera simple y objetiva, sin agredir o culpabilizar a la otra persona, las emociones que sentimos como resultado de sus acciones; evitando que se ponga a la defensiva, porque no le estamos juzgando. Vamos a usar una fórmula sencilla:

“Cuando tú (acción), yo sentí (emoción)”

Ejemplo: “Juan, ayer cuando llegaste tarde a nuestra cita me sentí molesta”

Tal como afirma Stenier (2002) en la educación emocional “ningún acontecimiento es demasiado pequeño como para no ser tenido en cuenta“, porque frecuentemente hechos triviales revelan problemas más serios como por ejemplo, inseguridades personales o dificultades recurrentes en la relación.

En cualquier conflicto emocional, puede ser necesaria una serie de intercambios de estas declaraciones porque éstas tienen un efecto clarificador, y nos permite separar el conflicto en dos partes: lo que sucedió y lo que uno sintió.

La clave está en no adjudicar motivaciones o calificaciones a la acción; lo que sucedería si dijésemos en nuestro ejemplo: “Juan, ayer cuando me humillaste al llegar tarde…” Estos añadidos son los que no permiten aclarar las cosas, a menudo son infundados y crean culpa y enfado; debemos en este punto expresar nuestras emociones (rabia, vergüenza, tristeza, miedo, etc.), no nuestras ideas acerca del porqué el otro actuó como lo hizo.

2.- Revelando nuestras conjeturas o intuiciones
La intuición es una herramienta emocional poderosa porque nos permite tomar decisiones cuando no tenemos suficiente información sobre los hechos. Sin embargo, las intuiciones deben ser constatadas antes de actuar. Como es frecuente el que no nos comuniquemos bien, a menudo nos valemos de la intuición para “adivinar” qué es lo que el otro está pensando o porqué actúa de determinada manera. Lo que sucede es que muchas de nuestras emociones son negativas en estos casos y nuestras intuiciones pueden resultar “paranoicas”, al menos en parte. Como hay muchas cosas de las que nunca se habla, podemos generar conjeturas e intuiciones que, si no contrastamos con la realidad, se puede dañar seriamente la relación.
Es sano para cualquier relación hacerle saber al otro nuestras conjeturas o intuiciones para determinar si estamos en lo cierto o no; y, de la misma manera, es sano que, al escuchar la conjetura o intuición del otro, le seamos sinceros y reconozcamos qué parte de su conjetura es verdad y qué parte no.
Ejemplo:
Isabel: “María, tengo la sensación de que me crees tonta o poco talentosa, porque en las reuniones de trabajo me interrumpes y no tomas en cuenta mis ideas. ¿Es así?"
Supongamos que lo que sucede es que Isabel siente que María divaga mucho cuando habla, entonces puede decirle: “es cierto que te interrumpo, no es que piense que no tengas talento, pero pienso que divagas mucho para comunicar tus ideas y que deberías ser más precisa. Lo siento, no quise hacerte sentir así”.
No va a ser fácil confirmarle al otro sus conjeturas pero es indispensable la honestidad, y reconocer qué parte de la intuición del otro (si no es toda) es cierta; descalificar la intuición o conjetura del otro puede realmente destruir la relación.

Siempre insisto en que estas prácticas de educación emocional no son siempre fáciles, y es que culturalmente esto no se enseña ni se vive; es necesario el esfuerzo y la honestidad y el respeto a las propias emociones y las de los demás; esto permitirá que nuestras relaciones se sanen y sean más enriquecedoras.

Como decía en el post anterior: Abre tu corazón, no te pierdas lo más hermoso de la vida.



Mayte Alayón, San Antonio de los Altos, Julio 2009



Referencia bibliográfica: Steiner, Claude (2002). La Educación Emocional. Madrid. Editorial Punto de Lectura

3 comentarios:

  1. El corazón es un organo de nuestro cuerpo, pero jamás entendí que es abrir el corazón, o mejor no me enseñaron porque tal vez aprendí solo conjeturas y peor aún estar a la defensiva.
    Ando en esa búsqueda, ojalá aprenda.

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  2. Podrían darme las pautas para abrir mi corazón, he realizado múltiples cursos y todavía sigo sin entender.

    mmoscoso@inbienes.com

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  3. Hola Anónimo y Mariela: discúlpenme por tardar en contestarles. Mariela, apenas me sea posible te envío un correo electrónico al mail que me das.
    Anónimo, si tienes un correo y me lo quieres dar me gustaría contestarte en privado a través de tu mail.
    Gracias por pasar por aquí y dejar sus comentarios. Estaremos hablando pronto.

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